SIEMPRE QUE LLOVIO PARO
SIEMPRE QUE LLOVIO PARO
Lagrimas del corazón
Te pueden inundar
angustiante sensación
Cuando hay que evacuar
A tu barca subiré
Movido por la fe
Lleva Tú este timón
Yo sólo confiaré
Siempre que llovió, paró
concluyó Noé
y a esa barca se subió
movido por la fe
aguantar el chaparrón
y no desesperar
afrontar con convicción
esta tempestad
la batalla de la fe
es perseverar
y aunque el agua al cuello de
no hay que desconfiar
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El arcoiris se verá
Para recordar
Que tu sol volvió a brillar
Nueva oportunidad
Volver a empezar,
No hay que desconfiar
No desistiré, en Él confiaré
No me ahogaras, Él me salvará
Sólo tengo fe, sólo tengo fe
Siempre que llovió, paró concluyó Noé
y a esa barca se subió movido por la fe
TRANSFONDO DE LA CANCION
Constantemente tenemos que evacuar por causa de las inundaciones que afectan nuestro corazón. Las tormentas vienen, cae la lluvia y el agua, a veces, nos sube hasta cuello. Sentimos que nos ahogamos y que perdemos todo cuanto construimos. Toda esa seguridad que nos brindaba lo que teníamos se derrumba. Y nuestro corazón llora de desesperación.
Esta es una metáfora basada en la historia de Noé, quien tuvo que dejar la tierra firme y todo lo que tenía, para subir a una barca y emprender una aventura de fe, sin saber qué le deparaba el Señor. Pero Noé no dudó. Supo en las manos de quién estaba. Y subió. Y aguantó todo, tanto las burlas durante la construcción del arca, como la larga espera navegando.
El agua sube y puede destruir nuestras seguridades, pero Dios nos provee de un arca segura en la que navegar. Nuestro arca es Cristo. Sólo debemos confiar, crecer en fe, en convicción y certeza, tener la plena seguridad de que Dios en Cristo nos rescata.
Siempre que llovió paró, y nuestra inundación también pasará, pero Dios y su Palabra permanecen para siempre. No te bajes de Cristo, nuestra arca segura. Con Él podremos navegar en las más grandes inundaciones.
Y fue el diluvio cuarenta días sobre la tierra; y las aguas crecieron, y alzaron el arca, y se elevó sobre la tierra. Y subieron las aguas y crecieron en gran manera sobre la tierra; y flotaba el arca sobre la superficie de las aguas. Y las aguas subieron mucho sobre la tierra; y todos los montes altos que había debajo de todos los cielos, fueron cubiertos.
Génesis 7:17-19